Durante estos dos siglos, el período histórico comprendido entre 1474 y 1681, "el Siglo de Oro", la lengua se afianza y adquiere una forma muy aproximada a la que hoy conocemos.
En ello colaboran dos factores importantes:
1. La enorme producción literaria durante estos doscientos años.
Le recomendamos al lector que lea en cualquier manual de literatura el capítulo correspondiente al Siglo de Oro para que comprenda mejor cómo aquel frenesí de creación literaria tuvo que dejar su huella en la evolución de la lengua. Lope de Vega y Calderón de la Barca en el teatro; Boscán, Fray Luis de León, Garcilaso, Herrera, Góngora y Quevedo en la poesía; la obras místicas de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús; la literatura picaresca de El lazarillo de Tormes, Vida del Buscón y Guzmán de Alfarache, y, naturalmente, el Quijote de Miguel de Cervantes. La obra de estos autores -que podemos leer hoy sin ninguna dificultad- le dio al español el material clásico que toda lengua necesita como referencia. (Véase 8.1.)
2. Los manuales de gramática, ortografía y diccionarios publicados en estos dos siglos. (Véase 8.4.)