Capítulo 6º — Alta Edad Media (V-X) 
 6.3. Pueblos invasores: Los árabes 
  1.  La franja norte 
  2.  Al-Andalus 

La entrada de los musulmanes (árabes, sirios y bereberes) en la Península el año 711 significó la ruptura con todo el desarrollo histórico anterior. Su presencia inicia una nueva etapa en la historia peninsular.

Su llegada a la Península no es casual, sino simple continuación del expansionismo islámico que había comenzado a principios del siglo VII en la península Arábiga y que en el VIII se extendía desde el Afganistán actual hasta Líbano en el este, desde Arabia Saudita hasta Marruecos en el sur, y toda la península Ibérica en el oeste. (Véase Mapa 9)

Si Roma y los visigodos habían, mantenido una cierta unidad militar, política, jurídica, religiosa y lingüística en toda la Península, la llegada de los musulmanes significó la fragmentación cultural, lingüística y social de todo el territorio. Rota la estructura de la sociedad hispanogoda, heredera de la hispanorromana, los hablantes románicos se aislaron y evolucionaron -y no sólo por lo que a la lengua se refiere- de maneras muy distintas dependiendo de su situación geográfica y de los avatares históricos por los que pasaron.

La conquista de España por los árabes fue sorprendentemente rápida (menos de ocho años) y total: sólo los territorios montañosos septentrionales caracterizados por sus escasos recursos económicos quedaron fuera del interés de conquista de los árabes (Véase Mapa 10). Así España quedó dividida en dos partes: una cristiana y otra musulmana.


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