Durante estos dos siglos, los territorios de los reinos cristianos -al igual que el territorio musulmán del sur- sufren constantes transformaciones debidas unas al incremento de territorio por conquista, otras por integración de un territorio en otro, o por desaparición de una unidad territorial por haber sido integrada en otra. (Véase Mapa 1). No obstante, podemos delimitar -conscientes de la simplificación que ello significa- los siguientes territorios cristianos: Reino de León, Castilla, Reino de Navarra, Reino de Aragón y Condados Catalanes.
En el apartado 7.3.2. veremos que esta división territorial no coincide exactamente con las fronteras lingüísticas; no obstante, las fronteras territoriales y las capitales como centros de cultura de estos reinos tuvieron una fuerza unificadora política, social y lingüística tal que, al menos durante estos dos siglos en cuestión, las fronteras territoriales y las lingüisticas no se encuentraban muy distanciadas.