7.5.1.2. Consonantes
1. La norma culta diferenciaba /b/ de /ß/; no era así en el castellano del norte que consideraba a ambos fonémas como variantes combinatorias del fonema /b/. La particularidad norteña acabo imponiéndose como norma y para el siglo XV se había generalizado totalmente.
2. Durante la Edad Media se generaliza paulatinamente el paso de /f-/ a la aspiración [h] y a su posterior desaparición ("cero fonético"). En el s. XIV aún se realizaba /f-/ en la zona de Toledo, pero para el siglo XV se había convertido en una grafía <h> de realización fonética muda en todo el territorio castellano.
La aspiración (y posterior desaparición como sonido) de /f-/ fue general:
a) cuando iba seguida de vocal: facere > «hacer», factum > «hecho», fumum > «humo», filium > «hijo», folia > «hoja», fageam > «haya», ferrarium > «herrero»,
b) pero la f se conservó -con algunas excepciones-:
1) cuando iba seguida de los diptongos ue o ie: focum > «fuego», fontem > «fuente», fortem > «fuerte»,
ferum > «fiero», festa > «fiesta», fera > «fiera» (pero: ferru > «hierro»),
2) o de una consonante líquida, l o r: fronte > «frente», floccu > «fleco»
c) los cultimos y semicultismos la conservan siempre: forma, fama, fortuna, etc.