7.3.2.6. Algo en común
Tras esta brevísima exposición, podemos llegar a una aún más breve conclusión: todas las demás lenguas peninsulares conservan la f- inicial latina que el castellano transforma en un sonido aspirado primero antes de pasar a su completa desaparición.
Esta peculiaridad del castellano, como se ha repetido en páginas anteriores, se debe al fuerte influjo que recibió del vasco, el cual desconocía este sonido. Cuando el vasco toma palabras del latín, o bien pierde la f- inicial (ficu(m) > vasc. iko) o la substituye por b- o p- (festa(m) > vasc. pesta).