Capítulo 3º — Prehistoria 
 3.2. Lenguas no-indoeuropeas 

El ibérico, el tartesio y el ligur

Toda la franja del Sureste, desde Andalucía hasta Cataluña (desde Málaga hasta más allá de los Pirineos de Lérida), penetrando por el Valle del Ebro, constituía la zona ibérica, de cultura elevada, como muestran sus abundantes inscripciones y las referencias que de esta cultura nos hacen los historiadores antiguos.

Aunque a la lengua utilizada en esta franja la llamamos hoy ibérico, no sabemos si era realmente una sola lengua o si se trataba de varias que compartían algunas características. Puede ser que el ibérico fuese sólo una lengua vehicular, una lengua franca utilizada por todos los pueblos sin ser exclusiva de ninguno de ellos.

El ibérico disponía de un sistema de escritura de procedencia fenicia. De esta lengua conocemos hoy en día los signos que utilizaba, pero seguimos ignorando el significado de ellos.

Al Sur, aproximadamente en el Bajo Guadalquivir, encontramos el tartesio, lengua de los tartesios (llamados también túrdulos o turdetanos), que no se cree que fuera de tipo ibérico, pero tampoco indoeuropeo.

De los tartesios sabemos que eran un pueblo rico y bien organizado que hizo que fuesen objetivo de conquista interesante para las potencias militares y económicas de la época: fenicios y griegos. Algunos investigadores relacionan a estos tartesos con los tirrenos del Asia Menor.

Sobre el ligur, al igual que sobre las otras lenguas paleohispánicas, no disponemos de mucha información. Tal es la situación que sólo hace unas décadas dejó de ser considerada indoeuropea para pasar al grupo de las no-indoeuropeas.

Se utilizaba en el norte y oeste de la Península. De procedencia ligur es el sufijo -sco, frecuente en la toponimia del Norte peninsular (Amusco, Velasco, Biosca, Benasque, etc.).

También se consideran de origen ligur: *borb- *borm- *born- en: Borbén, Bormate, Bormela (Portugal), Bormujos, Bornos; *karau- (piedra) en Carabanzo, Carabanchel, Caravantes, Caravia.

El sufijo –ona que podemos encontrar en Barcelona, Tarazona, etc. parece ser igualmente de origen ligur.

Prueba de la presencia ligur en la Península podrían ser también las semejanzas entre los Langa, Berganza y Toledo españoles, y los Langa, Bergenza y Toleto italianos.


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