Capítulo 9º — El español después del Siglo de Oro. XVIII y XIX 
 9.1. El siglo XVIII 
  1.  La literatura del siglo XVIII 
  2.  La lengua y la Real Academia Española 
  3.  Nota sobre los extranjerismos y neologismos del siglo XVIII 

Con la muerte de Carlos II y la llegada al trono español de la dinastía francesa de los borbones en la persona del rey Felipe V en 1700, se termina el Siglo de Oro y con él, ya de forma definitiva, el sueño de la Gran España Imperial. Aquellos dos siglos de esplendor artístico y político crearon la imagen social de una España poderosa en todos los sentidos. Esta imagen social, basada en el sueño de una noche de dos siglos, tardó tiempo en desaparecer, pero durante el siglo XVIII la decadencia política, militar y económica se va haciendo patente en toda la sociedad.

La llegada a España de una nueva monarquía, tras la guerra de Sucesión (1701-1714), significó la renovación de las políticas llevadas a cabo hasta entonces. Esta renovación fue total aunque nunca llegó a afectar a las clases más bajas y aunque más tarde -finales de siglo- se vería bruscamente frenada ante los temores de las clases altas de que la renovación pudiere transformarse en revolución, como la ocurrida en Francia.

Las innovaciones se produjeron en todos los terrenos: económico, jurídico, colonial, social, educativo, cultural, lingüístico, etc. Desde Felipe V a Carlos IV, la política de los borbones siguió unas directrices fundamentadas en las nuevas corrientes intelectuales de pensamiento y que podríamos resumir en: unificación, racionalización, ilustración y control por parte del poder central.

A la suma total de estas nuevas corrientes intelectuales y valores ideológicos desarrollados en Europa y América desde finales del siglo XVII hasta finales del XVIII- suele llamársele Ilustración. Podemos considerar la Ilustración como una manera de proceder basada en la crítica y en la autonomía de la razón frente a todo tipo de dogmatismos. Los ilustrados consideraban que el racionalismo, su concreción en ideas de utilidad y el desarrollo de las ciencias, habría de llevar a hacia el progreso de la sociedad y la felicidad del ser humano. Entre los ilustrados podemos recordar los nombres de: Newton, Descartes, Leibniz, Spinoza, Bacon, Berkeley, Hume, Kant y Voltaire.


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