Capítulo 8º — El español del Siglo de Oro (XVI-XVII) 
 8.4. Gramática y diccionarios 
  1.  Gramática y diccionarios del español 
  2.  Gramática y diccionarios de las lenguas amerindias 

Una de las características del pensamiento humanista que llega a España procedente de Italia durante el siglo XV es la valoración de las lenguas nacionales, las lenguas habladas por los hombres y mujeres del momento. No desdeña las lenguas clásicas sino todo lo contrario: para el humanista, el conocimiento del latín o el griego es parte de la formación cultural básica del hombre moderno. Pero más importante aún es el aprendizaje, la adquisición de conocimientos sobre el mundo que rodea al hombre y sobre sí mismo. Para conseguir este desarrollo cultural del individuo, éste necesita libros que pueda comprender, en una lengua que sea la suya, la lengua vernácula.

Igualmente a finales del siglo XV, tanto en España como en Europa, desaparecen los feudos, los territorios independientes, en favor de un estado nacional. Las clases altas, que durante la Edad Media han estado enzarzadas constantemente en guerras, ya fuese en defensa de sus propias tierras o como forma de conquistar las de los vecinos, se vuelven cortesanas y cambian la espada por el libro, la cultura. Este cambio de valores sociales significa un gran aumento en el consumo cultural por excelencia: el libro. Los nobles, que ahora empiezan a alfabetizarse, necesitan libros en la lengua que conocen, el castellano.

A estos dos factores habríamos de añadir un tercero que empieza a cobrar importancia ya a finales del siglo XV también: el reino de España se está convirtiendo en el Imperio español. La monarquía española empieza la expansión territorial por los continentes africano y americano en el siglo XVI y continuará la de éste último, los dos siglos siguientes. A estos territorios de conquista el rey español Carlos I, a principios del siglo XVI, añade los que hereda de su padre: territorios alemanes, franceses, flamencos e italianos. La ampliación del territorio significa que la lengua española entra en contacto con otras lenguas -que los españoles desconocen y convendría que conociesen-, y que los hablantes de estas lenguas extranjeras necesitan aprender español, ya fuese por interés cultural, por motivos de posibilidad de mantener actividades comerciales dentro del imperio, o para mejorar su curriculum vitae.


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