Capítulo 8º — El español del Siglo de Oro (XVI-XVII) 
 8.3. El español del Siglo de Oro 

 8.3.1.2.  Reducción del sistema de las sibilantes

El español medieval disponía de 7 fonemas sibilantes. De ellos el fonema /c/ (o /tʃ/ equivalente al bígrafo <ch>) se ha conservado hasta nuestros días. Los otros seis sibilantes (/ʦ/, /ʣ/, /s/, /z/, /ʃ/, /ʒ/) se redujeron a tres:
/θ/ (ce, ce, za, zo, zu), /s/ (s), /x/ (j, ge, gi).

Los seis estaban organizados en tres parejas:

			 sordo	 sonoro
	africado dental	 / ʦ /	 / ʣ /
	fricativo alveolar	 / s /	 / z /
	fricativo prepalatal	 / ʃ /	 / ʒ /

que utilizaban las siguientes grafías:

sordo sonoro
africado dental / ʦ /
c, ç

decir
(bajar), alçar, caça, plaça
/ ʣ /
z

dezir
(decir), fazer (hacer)
fricativo alveolar / s /
s-, -ss-

espesso
(espeso), passo, seco
/ z /
-s-

espeso
(gastado), casa
fricativo prepalatal / ʃ /
x

fixo
(fijo), caxa (caja), faxa (faja)
/ ʒ /
j, g

fijo
(hijo), mugier, ojo

Las africadas se convirtieron en fricativas (perdieron el elemento oclusivo, t y d). La causa de este cambio bien pudo ser la relajación en la pronunciación. La cronología del cambio no podemos puntualizarla, pero ocurriría durante el siglo XV.
Cuando comienza el Siglo de Oro los seis fonemas sibilantes son:

			 sordo		 sonoro
	fricativo dental	 / ş /		 / z̧ /
	fricativo alveolar	 / s /		 / z /
	fricativo prepalatal	 / ʃ /		 / ʒ /

Posteriormente los fonemas sonoros perdieron su sonoridad; el castellano del norte no distinguía entre sibilantes sordas y sonoras (tal vez, según algunos autores, por influencia del vasco).

La perdida de los fonemas sonoros redujo a tres los sibilantes:

			 sordo
	fricativo dental	 / ş /
	fricativo alveolar	 / s /
	fricativo prepalatal	 / ʃ /

Esta reducción hizo que durante el siglo XVI fueran frecuentes los dobletes e incluso tripletes de palabras (caça, casa, caxa) que requerían mucho cuidado en la pronunciación para evitar malentendidos. La solución fue adelantar el punto de articulación de las dentales (/ş/-> /θ/) y posponer el de las prepalatales (/ʃ/ -> /x/). El triplete anterior quedó así en las actuales caza, casa, caja.

interdental dental alveolar palatal velar
antes del XVI / ʦ / / ʣ / / s / / z / / ʃ / / ʒ /
siglo XVI / ş / / s / / ʃ /
siglo XVII / θ / <- / s / -> / x /

Lo anterior podemos también verlo partiendo de la grafía de los sonidos para así, tal vez, facilitar la comprensión de estos cambios:

El castellano medieval distinguía dos variedades de S:

	una de ellas sorda (sin vibración en las cuerdas vocales) que se solía escribir:
		<SS> cuando iba entre vocales (viniesse) y
		<S> cuando se situaba en posición inicial (silla) o tras consonante (pensar)
	y otra sonora, cuando iba en posición intervocálica, que se escribía siempre <s> (casa). 

Esta distinción desapareció durante el Siglo de Oro, y sólo pervivió la variación sorda, que es la que ha llegado hasta hoy y que se escribe <s>.

Distinguía también una <Ç> sorda y una <Z> sonora (plaça, hazer). Se pronunciaban prácticamente como ts, la primera, y como ds, la segunda (platsa, hadser). A principios del siglo XVI dejaron de tener una pronunciación dental y se convirtieron en interdentales, pero conservaron su carácter sordo o sonoro. Durante el siglo siguiente, esta última diferenciación se pierde y subsiste solamente la que conocemos hoy en día, la sorda. La grafía de este sonido es <C> cuando va antes de <E> o <I> (cena, cinco) y <Z> cuando va ante <A>, <O> o <U> (zapato, zorro, zumo)

El castellano medieval tenía también una <X> (palatal fricativa sorda, que sonaba como la <Ch> francesa) y una <G> o <J> sonora (prepalatal africada o fricativa sonora, equivalente a la <G> y la <J> francesas). A principios del siglo XVI se articulaban ya como la <G> y la <J> actuales, aunque la <X> seguía siendo sorda y la <G> y <J> sonoras. Al igual que con las dentales del párrafo anterior a comienzos del siglo XVII prevaleció tan sólo la variedad sorda, es decir, la <G> y la <J> modernas, que empezaron a pronunciarse con el mismo sonido: dijo, hijo, coger.


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