Como decíamos antes, en historia de la lengua, las fechas sólo tienen un valor aproximativo. Cierto es que en un determinado momento histórico aparecen unos textos que podemos denominar "castellanos", pero también es cierto que con anterioridad a estos textos que nos han llegado, la lengua ya existía, aunque sólo fuera en forma hablada.
Los primeros documentos con texto en castellano son las glosas de San Millán y de Silos y datan del siglo XI.
El manuscrito de San Millán contiene homilías o sermones de San Agustín; y el de Silos, un listado de penitencias. Los manuscritos estaban escritos en latín y necesitaban aclaraciones. Alguien, monje o estudiante tal vez, no acababa de entender el texto latino o quería asegurarse de que lo comprendía o quería explicárselo (glosárselo) a otros y lo hizo en una lengua nueva, la que utilizaba en su vida cotidiana: el romance ¿"castellano"? Algunos lingüistas prefieren no utilizar todavía este adjetivo ya que estos fragmentos contienen elementos de otras variantes romances peninsulares contemporáneas limítrofes. Las Glosas Emilianenses y las Glosas Silenses tienen un marcado carácter dialectal riojano-navarro.
Glosas emilianenses, pág.72 Con o aiutorio de nuestro dueno Christo, dueno salbatore, qual dueno get ena honore et qual duenno tienet ela mandatione con o patre con o spiritu sancto en os sieculos de lo siecu los. Facanos Deus omnipotes tal serbitio fere ke denante ela sua face gaudioso segamus. Amen |
(español actual) Con la ayuda de nuestro Señor Don Cristo Don Salvador, Señor que está en el honor y Señor que tiene el mandato con el Padre con el Espíritu Santo en los siglos de los siglos. Háganos Dios omnipotente hacer tal servicio que delante de su faz gozosos seamos. Amén. |
En los últimos años se ha hablado mucho de los "cartularios (o becerros) de Valpuesta" (Burgos). Son hojas sueltas, copias de documentos (178) de los siglos IX, X, XI. Los cartularios son dos: Gótico y Galicano. El primero utiliza grafía visigótica y el segundo, francesa o carolina. Están escritos en latín pero su redactor introduce sin querer palabras en romance pensando que son latinas. Los primeros (7) son del siglo IX, y por lo tanto anteriores a las glosas, pero se diferencian de éstas en que las glosas tienen frases enteras (no sólo palabras) en romance y su redactor era consciente de que estaba haciendo una traducción de una lengua (latín) a otra (el romance castellano).
Entre las características que pueden apreciarse en estos cartularios mencionamos las más diferenciadoras del castellano y las otras lenguas peninsulares de la época.
Fonética
1. diptongación de e breve tónica : Flumencielo, fornniello, Moliniela, Penniellam, pielle..., que a veces se reduce ante palatal: Tovillas, novillo; también la diptongación de o breve tónica: Cueva, duen, duena, Eruelas, fuentes, Fueracasas.
2. la confusión b/v en todas las posiciones (que ya se hacía en latín)
3. pérdida de f inicial: Errando (Fernando)
4. sonorización de oclusivas sordas latinas intervocálicas: Cabezas, entrada, exida, heredad, Pedro, Pinedo, semedero, Vida, Didago, Domingo...
5. pérdida de sonoras: Faiolas, Flaino, Leone, maestro
6. desarrollo de las palatales a partir de grupos con yod: calzata, azadon, palacio, poço, argenzos, Sancio/Sangiz, conceio, culiares, filios, maguelo/maielo, Pobalias, Spelio/Spegio, vingal/vineis
Morfología:
1. Apócope de artículo y preposición: del, al, conna, enna.
Pero los primeros textos propiamente "castellanos" aparecen a mediados del siglo XII. R. Menéndez Pidal sitúa hacia el 1140 la fecha de aparición del Cantar de Mio Cid, primer texto literario castellano.